LIFE 10 NAT/ES/000582
Lucha contra las especies invasoras en las cuencas hidrográficas de los ríos Tajo y Guadiana en la Península Ibérica
Cuando se habla de bioinvasiones se hace referencia al proceso por el cual una especie exótica se introduce, naturaliza y se extiende en un área geográfica que no está dentro de su distribución natural. Este proceso no es algo nuevo sino que lleva ocurriendo desde que el hombre comenzó a realizar grandes desplazamientos durante sus migraciones en épocas neolíticas.  Estas bioinvasiones ocurrían a un ritmo tal que los propios ecosistemas y especies presentes en los lugares de recepción tenían tiempo suficiente para adaptarse a la presencia de estos nuevos inquilinos y no perderse el equilibrio logrado a lo largo de la evolución. Sin embargo, la intensificación del comercio, el aumento de las migraciones humanas y el deterioro de los ecosistemas han acelerado y facilitado el proceso de las bioinvasiones a nivel mundial.


La tenencia de animales exóticos como mascotas es otra de las vías de gran importancia para la entrada de especies exóticas invasoras dado que la sociedad sigue demandando nuevas especies exóticas. El problema surge cuando estas especies crecen y necesitan  unas condiciones de espacio y atención que no todos los dueños son capaces de dar, además de que estas especies, que no son animales domésticos, llega un momento en que no se comportan como mascotas  sino como animales silvestres y pierden la imagen de mascotas ante sus dueños, que incapaces de mantener a estos animales los liberan, pensando en un bien para el animal, en la naturaleza donde pueden llegar a convertirse en especies invasoras como es el caso de la tortuga de Florida (Trachemys scripta), la cotorra argentina (Myiopsitta monachus) o el mapache (Procyon lotor).
Pero qué vías son las más importantes en la introducción de especies invasoras actualmente. Solo deberemos pensar en cuales son aquellas actividades que permitirían el transporte y movimiento de estas especies exóticas de un lado al otro del mundo. De esta forma encontramos como principales vías el comercio, la pesca y caza recreativa, el mascotismo, la jardinería y la agricultura. Esto puede darnos una idea del volumen de especies  que pueden introducirse en nuestros ecosistemas cada día. Como ejemplo, el transporte marítimo es responsable de la introducción de  entre 7.000 y 10.000 especies diariamente por todo el mundo. Los científicos Carlton y Geller hallaron 317 especies de organismos solo en el agua de lastre de un carguero japonés recalado en la costa pacífica de los EE.UU. Esto junto con la apertura de canales de transporte marítimo, como el Canal de Suez o el de Panamá permiten que una especie que de forma natural tardaría en llegar a una nueva región biogeográfica unos 5.000 años solo tarde apenas un día.

Pero dejando a un lado estos impactos, las especies invasoras son las responsables de graves e importantes impactos económicos y sociales.  Los principales efectos sobre la economía de los países son las pérdidas en producción de cosechas agrícolas y forestales (caracol manzana, nematodo del pino, etc.), la reducción en la cantidad o la calidad de las actividades extractivas (marisqueo, pesca, etc.), la destrucción de material almacenado (por roedores principalmente), daños en infraestructuras con la obstrucción y daños en canalizaciones, colmatación de fondos, cimentaciones (mejillón cebra, almeja asiática, ailanto, etc.) y los gastos de eliminación. Estos últimos dependen de cada país y el número de especies y años que lleve sufriendo este problema. Así en  EEUU se estima que las pérdidas directas ocasionadas por especies exóticas invasoras conjuntamente con los costes de su control alcanzan los 137 billones anuales (Pimentel et al., 2000). En la Unión Europea este gasto anualmente aunque menor es de 12.000 millones de euros y si reducimos la superficie a una comunidad autónoma como Extremadura el gasto del control del camalote ascendió en el periodo 2005-2011 a 22 millones de euros. Cantidades éstas que si no se toman medidas aumentarán en los próximos años de una forma proporcional.
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Mapaches:: portadores de la rabia, el moquillo, el parvovirus felino y canino, adenovirus canino y la enfermedad de Aujeszky. Huéspedes de varios parásitos que provocan enfermedades como la trypanosomiasis, la coccidiosis, y la toxoplasmosis,  lombriz intestinal del mapache, Baylisascaris procyonis que causa la encefalitis severa, que puede ser incluso fatal para los humanos.
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Visón americano: Transmisor de la enfermedad aleutiana del visón que provoca la muerte de otras especies de mustélidos.
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Galápago de Florida: Pueden transmitir la salmonelosis a los humanos
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Cangrejo americano: Portador de la Afanomicosis (hongo Aphanomyces astaci).
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El mosquito tigre es un vector de al menos 22 virus, entre ellos el dengue.
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El perejil gigante provocan alergias e irritación y quemaduras cutáneas.
Desplazamiento de especies nativas por competencia directa por los recursos(alimento, hábitat, áreas de asoleamiento, áreas de reproducción).
Depredación sobre especies nativas llegando  en algunos casos a la extinción de las mismas.
Hibridación. Produciéndose la pérdida del acerbo genético.
Transmisión de enfermedades. Muchas especies portan enfermedades y parásitos causando la disminución de la población de algunas especies o extinciones locales
Modificación de las condiciones de ecosistemas y del equilibrio ecológico
Trachemis scripta
Carguero soltando lastre
No siempre ha habido consciencia de la introducción. La introducción de especies invasoras ha venido ocurriendo bien de una forma intencionada, con un objetivo concreto, ya sea para producir alimentos (productos agrícolas y ganaderos), recursos forestales, para la mejora del suelo, en jardinería, acuicultura, granjas peleteras, mascotismo, control biológico y la caza y la pesca, o bien de una forma accidental donde la especie es introducida de forma involuntaria a través de medios de transporte (adheridos a su superficie o interior, aguas de lastre, etc.), en mercancías (madera, semillas, plantas ornamentales, alimentos) o como enfermedades en turistas y animales. Sin embargo la mano del hombre, de forma intencionada, ha sido la protagonista de algunos de los casos más importantes en la introducción de especies invasoras como el conejo (Oryctolagus cunniculus) en Australia, la perca del Nilo (Lates niloticus) en el Lago Victoria (África) o el caso en  Extremadura con varias especies que podemos encontrar hoy día en nuestros cursos de agua (cangrejo americano, Black-bass, lucioperca, pez gato, siluro, percasol, gambusia, etc.).
Las bioinvasiones provocan un impacto ambiental, económico y social. No hay que caer en la simplicidad del impacto ambiental que provocan las bioinvasiones. Es cierto que la llegada de una especie exótica invasora a un ecosistema causa un impacto ambiental para las especies y hábitats sin que se de un proceso de adaptación por selección natural, teniendo a menudo como resultado un final incierto. Pero en la mayoría de los casos, dependiendo de las especies invasoras y receptoras, los impactos más habituales que podemos encontrarnos son los siguientes:
Trachemis scripta
Visón americano- © L Paco Gómez
Trachemis scripta
Nenúfar mejicano - © Mary Keim
Pero uno de los impactos que pasa normalmente más desapercibido es el impacto social que causan las especies invasoras modificando los hábitos de ocio (navegación, pesca de especies autóctonas, etc.); provocando el desplazamiento de la población (como en el caso del Lago Victoria con la introducción de la perca del Nilo) o incrementando la pobreza por una disminución de los recursos. Sin embargo el problema sanitario que causan algunas de estas especies es de una gran envergadura ya que podemos encontrarnos que las especies exóticas invasoras sean portadoras de enfermedades y parásitos o bien la propia enfermedad o parásito sea el agente invasor. Si echamos la vista atrás en el siglo XVI, el 30 % de la población de Europa occidental murió a causa de la peste transmitida por la rata parda y rata negra que llegó desde el sudeste de Asia.  La viruela, originaria de la cuenca mediterránea, se ha transmitido por todo el mundo matando dos tercios de la población indígena de América del sur en el siglo XVI. En Europa, a mediados del siglo XX, la viruela ocasionó la muerte de dos millones de personas.
Pero actualmente encontramos otros casos de especies que pueden transmitir  enfermedades a nuestras especies autóctonas y a los humanos:
Trachemis scripta
Mapache - © Lynette chirnming
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